El Pato de la Boda DC-RN? |
El Pato de la Boda...
Un nuevo sistema de Gobierno o simplemente la manera que tienen la DC y RN de ponerle piedras en el camino a una posible candidatura de
Michelle Bachelet?
A simple vista la propuesta que hacen RN y la DC para un nuevo sistema de gobierno aparece como una más de las ideas que se ponen sobre la mesa en el último tiempo para responder a lo que la gente está pidiendo hace rato; el término del sistema Binominal. La Primera pregunta que surge es si de verdad esta propuesta es para responder a esa demanda o es sólo una manera de estos dos partidos de acomodar el cambio exigido a sus intereses, apetitos y temores.
Ignacio Walker, Presidente DC. |
"Cuando la limosna es mucha el santo empieza a desconfiar", señala un viejo dicho y en esta oportunidad no sería malo desconfiar, al menos por un rato, de tanta presteza y generosidad para responder a las demandas de la gente. Antes de ponerse de rodillas y hacer carambolas de agradecimientos hay que preguntarse y ver la letra chica de la propuesta como dice Paulsen (don Fernando). A simple vista la propuesta le quita poder al Presidente y crea la figura de un Primer Ministro o al menos lo sugiere. Y si hacemos un poco de ficción política -que por lo datos de las encuestas- no es tan ficción, existen altas probabilidades que la próxima presidenta de la Chile sea Michelle Bachelet, la propuesta suena como que RN y la DC lo que buscan es, simplemente, ponerle piedras en el camino. Es un hecho que la DC hace rato que está incomoda fuera del poder y la figura de Bachelet sólo le aumenta la angustia de ver que es posible que ningún miembro de la DC regrese a la Presidencia, al menos por un buen rato o, a menos que lo haga por uno de esos enjuagues que tanta repulsa provocan en la gente.
Carlos Larraín, Presidente RN |
Por su lado RN no sólo sabe que no tiene posibilidades de reelegir a uno de los suyos para llevarlo a La Moneda así es que, lo mejor que puede hacer es "colaborar" para que cualquiera menos Bachelet o alguien de la UDI sea el elegido y para ello recurre a su añeja fórmula de aliarse con la DC para formar un engendro que todavía no tiene rostro definido y menos personalidad, pero cuando el apetito es mucho hasta el pan duro parece una delicia.
Habrá que ver cómo se va desarrollando esta movida RN-DC pero, por el momento, lo único que debería importar es cómo la clase política responde a lo que la gente quiere y no acomodar la respuesta a sus intereses, apetitos y temores.
Para que saquen sus propias conclusiones y el documento con la propuesta DC-RN no pase por ninguna "atenta interpretación", les transcribo el documento original...
1.- A pesar de una transición valorada en el mundo
entero, y de los avances sociales y económicos evidentes, es fácilmente
constatable que existe una desafección y crítica ciudadana con el sistema, que
puede continuar creciendo con una baja de la participación ciudadana y una
conflictividad social que puede transformarse en crónica. Dado el nuevo sistema
de voto voluntario, existe un riesgo de baja participación, si es que no hay
modificaciones sustanciales que convoquen al electorado.
2.- La democracia siempre requiere de su
perfeccionamiento y profundización. En la lógica de proceso, se necesita un
cambio de nuestro régimen político. Ya ha transcurrido casi un cuarto de siglo
del retorno del sistema democrático y la necesidad de una evaluación con un
propósito definido es indispensable.
3.-La distancia respecto de la política tiene
distintas causas. En este texto nos referiremos a las del sistema político
y, dentro de estas, a las más centrales.
4.-El presidencialismo exacerbado se encuentra en
proceso de agotamiento. El presidencialismo norteamericano que influyó en el
nuestro, está dotado de contrapesos. En Chile no existen esos contrapesos. La
centralidad de ese poder presidencial, cuando se debilita, repercute en todo el
sistema. Por eso se requiere descentralizar y democratizar más el poder.
5.-El presidencialismo le otorga un fuerte rol al
Ejecutivo, pero el Congreso carece de un rol que sea percibido como real e
importante por la ciudadanía. A su vez, los partidos padecen del mismo
problema; pueden nominar e inscribir candidatos, pero en el hecho y el derecho
carecen de algún otro rol efectivo. Se requiere que la “sana y buena” política
de Aristóteles tenga un rol. De tal modo que esta pueda responder a las
inquietudes de la ciudadanía.
6.-Una de las características de la globalización y
la postmodernidad, es el aumento de la diversidad y la fragmentación: las así
llamadas “tribus”, las redes, las modas singularizadas, las comunidades y otras
formas de asociación voluntaria, son parte de esta caracterización de la
sociedad contemporánea.
Los partidos políticos constituyen cauces de
opinión que, entre otras funciones, jerarquizan los problemas para que sean
abordados, pero en el proceso fuerzan una homogeneización interna que, en el
pasado, fue facilitada por una fuerte carga ideológica. Trabajar dentro
de un partido resulta, en los tiempos que corren, un gravamen excesivo para una
mentalidad difusa en todos los ámbitos, que busca gratificación instantánea en
la vida personal y realización pronta de enfoques muchas veces estrechos. El
deterioro de ciertos niveles de la educación general y la parcelación del
conocimiento son factores que van en la misma dirección. También incide
para mal la distorsión que provoca la llamada “política de las cosas” que ha
sido ejercida por mucho tiempo y por gobiernos de distintos signos. Esta noción
socava gradualmente la idea de pertenencia a un grupo social con el cual todo
ciudadano está obligado.
Hay que asegurar la gobernabilidad del país y eso
significa participación.
7.-El régimen político chileno, además de ser
excesivamente presidencial, se muestra como muy cerrado y es
percibido como favorable a las dirigencias políticas. Un sistema así visto,
favorece que las falencias y debilidades se desarrollen aun cuando en las
elecciones se produce un alto porcentaje de renovación periódica de los
elegidos, al menos en la Cámara de Diputados.
Es necesario favorecer decididamente una política
de calidad, que valore la ética de la responsabilidad, en que toda
autoridad tenga un contrapoder contralor y en que se eliminen
decididamente todas aquellas situaciones que distancian a la ciudadanía de la
política y las instituciones.
8.-La historia es parte de la cultura de nuestros
pueblos. Pero la vida de las sociedades actuales está mucho más marcada por el
presente y el futuro. Los hechos de nuestra historia política reciente no han
sido vividos por parte importante de nuestra sociedad.
La historia no es suficiente para sustentar
un sistema. Ni siquiera la buena historia.
El sistema político debe ser capaz de responder al
presente y los desafíos de futuro.
9.-El avance de Chile ha tenido como uno de sus
fundamentos la fortaleza de sus instituciones, junto a una política reconocida
como de calidad. Ha sido tradicional la valoración de nuestro sistema de
partidos. Sin embargo, esta fortaleza, que al final de cuentas es el sustento
de nuestra democracia, está en proceso de deterioro.
Abrirse a la realidad es una cualidad central del
trabajo político a menos que, al modo totalitario, se pretenda forzarla, con
efectos fácilmente predecibles. Por eso quienes suscribimos esta
declaración afirmamos que es necesario un sistema electoral que, recogiendo la
diversidad, sea capaz de responder a las necesidades de la gobernabilidad. De
lo contrario, existe un claro riesgo de frustrar expectativas de mayor y mejor
participación.
10. Los demócratas deben asumir su responsabilidad.
Los demócratas tienen el deber de conducir el
proceso político. Nadie puede quedarse en una condición de espectador. Los
chilenos sabemos que los procesos no son irreversibles.
El desafío es el fortalecimiento y
perfeccionamiento de nuestra democracia, sistema indispensable para
lograr el desarrollo del país y de nuestra sociedad. La participación y
representación de la voluntad ciudadana y la estabilidad democrática, son
parte de una tarea de primera responsabilidad.
La tarea es esencialmente patriótica.
B) La magnitud de la tarea. La
Reforma Política en Chile.
Dejamos expreso testimonio que el actual sistema
electoral en materia parlamentaria ha significado, para algunos, un aporte a la
gobernabilidad y se ha comportado de una manera razonablemente proporcional
mientras que, para otros, no ha permitido representar democráticamente la
voluntad ciudadana.
Sin perjuicio de las diferentes valoraciones de
quienes suscriben este documento, es evidente que subsisten graves problemas de
inequidad social y económica y de expectativas insatisfechas que inducen
actitudes colectivas en grupos que se consideran extraños al sistema. Por
ello, quienes suscribimos este documento, estamos convencidos que es necesario
abrir cauces de participación que cristalicen el sistema político en una forma
comprometida con la necesidad de sustentar un gobierno, del signo que sea, que
así nutrido dirija el Estado en una sintonía virtuosa del Parlamento con
quienes ejerzan el Poder Ejecutivo.
Chile necesita de más y mejor
democracia y eso se traduce en un nuevo régimen político de carácter semipresidencial.
Diversos estudios de especialistas y comisiones especiales de la Cámara de
Diputados han arribado a ese consenso.
Un régimen semipresidencial que separe la
institución de la Presidencia (Jefe de Estado) de la de Jefe de Gobierno
(Primer Ministro).
Ello implica un Presidente electo por voto
universal, con atribuciones exclusivas en las relaciones internacionales, la
defensa nacional, y la tuición de una administración pública moderna y
profesional, con funciones de moderación y arbitraje político, con facultad de
disolver el Congreso una vez en su mandato, y un Jefe de Gobierno propuesto por
el Presidente de la República quien deberá contar con la aprobación mayoritaria
del Congreso Nacional. Este Primer Ministro se constituirá en el Jefe de
Gobierno.
El cambio de régimen político aquí propuesto,
además de las reformas que establezcan lo anteriormente descrito, implica las
siguientes reformas:
1.- Potenciar y Democratizar el Gobierno Regional y
Municipal.
El desarrollo de Chile, la democratización del
poder, la participación ciudadana y los cauces para la diversidad, requieren
descentralizar.
Esto implica las siguientes medidas
concretas:
a) Elección directa del Presidente del Gobierno
Regional.
b) Elección directa de los consejeros regionales.
c) Fortalecer las facultades de los Gobiernos
Regionales, e incrementar sus recursos.
d) La creación de los Gobiernos Metropolitanos,
donde las ciudades ya han adquirido ese carácter.
d) Fortalecer el rol fiscalizador de los concejales
en los Municipios.
e) Implementar una norma de responsabilidad fiscal.
Todo esto en el marco de un estado nacional y
unitario.
2.- Cambio del actual sistema electoral.
El nuevo régimen político y la nueva realidad
requieren de un nuevo sistema, que responda a la crisis de
representación, que incluya la diversidad, posibilite la generación de acuerdos
para sustentar Gobiernos mayoritarios, que evite la fragmentación excesiva y
establezca la existencia de una Oposición con derechos y obligaciones.
Esto conduce a un sistema electoral proporcional
corregido, que permita ampliar sustancialmente la representatividad.
Alentaremos, junto a otras fuerzas políticas, el estudio de la fórmula que
resulte más adecuada para dichos fines.
3.- Potenciar la calidad de la política.
Aquí las tareas son varias, entre otras:
transparencia y rol de los partidos; financiamiento público de estos;
prohibición de las reelecciones indefinidas en todos los cargos de elección
popular; primarias simultáneas y vinculantes; y la obligación de que los partidos
sean plenamente democráticos en su práctica interna.
Todo este cambio puede ser el resultado de un
proceso y de un conjunto de reformas. Lo importante es no detenerse, sino que
avanzar en la construcción de los consensos y las amplias mayorías que cada una
de estas reformas requieren. Todo esto marcado por la exigencia de oportunidad
y rapidez.
El país requiere de estos cambios, el Presidente de
la República, el Parlamento y los partidos políticos deben asumir su
responsabilidad. Ahora es el momento adecuado para ello, pues la demora sólo
acentuará el diagnóstico y sus peligros.
Hemos dialogado y consensuado estos contenidos, lo
hemos hecho teniendo en vista el Bien Común de Chile y su pueblo.
Carlos Larraín, Presidente Partido Renovación Nacional.
Ignacio Walker, Presidente Partido Democracia Cristiana.