lunes, 29 de octubre de 2012


Municipales Valdivia 2012

De lo normal a lo anecdótico y de allí a lo trucho y vergonzoso.

Etapa 1

La propaganda… todos son lo más que hay y llueven las ofertas y apretones de mano. Me encuentro con Homero en una feria y ratifica algo que ya tenía decidido.

Etapa 2. 

La Votación… normal, hasta cierto punto, con la esperable abstención (no hay caso al chileno si no lo picaneas no apura el tranco). Y, los que voluntariamente le dimos por primera vez una chance al sistema, votamos y… a esperar los resultados.


Etapa 3. 

El conteo… normal (peleado voto a voto en el caso de la elección de alcalde) pero normal hasta las 10 u 11 de la noche…normal. Y todo se va al carajo cuando el candidato oficialista aparece como derrotado…

Etapa 4. 

El Limbo… (El vergonzante limbo) desde la última actualización de la página web del SERVEL (10:30 a 11:30 Hrs. del domingo 28 más o menos hasta las 14:30 -más o menos- del lunes 29), cuando se reúne el Colegio Escrutador. En este lapso de tiempo se produce el más vergonzoso limbo, tiempo en el cual cualquier cosa pudo pasar. La escasa confianza en el sistema se resiente gravemente. En esta etapa uno de los candidatos se da por ganador, el otro desaparece, no habla, no celebra, no se da por ganador ni derrotado pero, tácitamente, actúa como perdedor. La noche de la batalla sus huestes lo esperan en su comando ondeando sus banderas pero su general no da la cara. Se guardan las banderas y continúa el vergonzoso limbo… no hay seguridad de nada.

Etapa 5. 

La Impugnación…  Desde que el Colegio Escrutador da su información y hasta ahora lo único que hay es vergüenza y molestia por un sistema y proceso espurio en donde la legitimidad del resultado y la autoridad “electa” en virtud de él no tienen absolutamente ninguna credibilidad. Mal, pésimo para el sistema y peor para los ciudadanos que ven como se les falta el respeto en su cara. Con votos perdidos, actas mal confeccionadas, conteos truchos y ambos candidatos dándose como ganadores, la impugnación de los resultados, entonces, es algo inevitable. No importa quién los impugne o con qué fines, se trata de una impugnación que se sustenta a sí misma, en lo oscuro y evidentemente fétido del proceso, aunque no le guste a los impugnados (sistema, servicios públicos, gobierno, candidato “electo”, candidato “derrotado”).

Etapa 6. 

¿Nueva elección? Para sanear todo y recuperar las confianzas sería lo más lógico, más aun considerando que ninguno de los candidatos obtuvo una real mayoría de votos, en la práctica es un empate real, ni siquiera técnico. Pero sabemos que, por sus errores, el sistema no se culpa ni condena a sí mismo así es que lo más esperable es que, bajo cualquier argucia, se ratifique lo que al sistema le conviene sin consideración alguna de la voluntad de la gente. Así las cosas las ganas de darles chances al sistema se te acaban cuando éste te escupe en la cara.