El Ministro y el Mercurio bajo su alfombra.
No
puede ser más irritante ver cada cierto tiempo cómo el Gobierno, que se supone
está para velar por el bienestar de todos los chilenos, se da maña para quitarle
el cuerpo a esta obligación. Esta vez es el Ministro de Salud Jaime Mañalich
quien, sin que se sepa porqué, no publicó los resultados de un estudio sobre la
presencia de Mercurio en algunas especies que peces que se consumen en Chile
(Albacora –Pez espada-, Atún, y Bacalao) y solamente dio a conocer los
resultados del estudio cuando se le exigió en virtud de la Ley de
Transparencia.
En
el mes de julio de 2011 el MINSAL realizó un estudio sobre 67 muestras de peces
que se consumen en Chile. Se analizaron 11 de Albacora (Pez espada), 2
de Bacalao y 54 de Atún, se trató de muestras de pescado fresco, enlatado -en
la gran mayoría- y también especies congelados. Los resultados no fueron
buenos, especialmente en el caso de las Albacoras que evidenciaban que el 30%
de las muestras congeladas mostraban índices de Mercurio por sobre las normas.
Mientras que en el caso del Atún en conserva el 2,3% de las muestras dieron
valores por sobre lo permitido. Del total de lo pesquisado sólo 9% es
reconocido como de procedencia de mares Chilenos mientras que el resto procede
de China, Tailandia; Brasil, Ecuador, España, Vietnam y Colombia.
Los
más altos contenidos de Mercurio se midieron en Atún en conserva (lomitos de
Atún en Agua) de procedencia desconocida y también una Albacora congelada
procedente del puerto de San Antonio –Chile- dio resultados por sobre las
normas.
Entre los principales efectos nocivos del Mercurio se cuentan que puede afectar el desarrollo cerebral en los menores de edad y provocar también alteraciones cardiovasculares en adultos. Se trata de un metal pesado que es bioacumulable, es decir, pasa a través de la cadena alimenticia hasta el ser humano cuando lo adquieren peces que consumen algas contaminadas por efectos de relaves mineros por ejemplo. Así un pez menor que lo adquiere y que forma parte de la cadena alimenticia de Albacoras y Atunes lo traspasa al ser humano que consume estas últimas especies.
Entre los principales efectos nocivos del Mercurio se cuentan que puede afectar el desarrollo cerebral en los menores de edad y provocar también alteraciones cardiovasculares en adultos. Se trata de un metal pesado que es bioacumulable, es decir, pasa a través de la cadena alimenticia hasta el ser humano cuando lo adquieren peces que consumen algas contaminadas por efectos de relaves mineros por ejemplo. Así un pez menor que lo adquiere y que forma parte de la cadena alimenticia de Albacoras y Atunes lo traspasa al ser humano que consume estas últimas especies.
Las preguntas lógicas que hay que hacerse es porqué el Ministro de Salud o algunos de sus subalternos tomó la determinación de no dar a conocer públicamente los resultados de este estudio. La respuesta del Sr. Mañalich -Ministro de Salud- fue que estos preocupantes resultados se dieron sólo en conservas para exportación. ¿Acaso eso exculpa al Minsal por arrojar los resultados del estudio al cajón de un escritorio?.