La saludable derrota de Camila.
El reemplazo de Camila Vallejo en la presidencia de la FECh lejos de
ser un respiro para el Gobierno, y los otros opositores al movimiento
estudiantil será, para ellos una nueva y más punzante espina.
Los que apresuradamente sacaron cuentas alegres de la derrota de Camila Vallejo en la elección
de la FECh se equivocaron medio a medio. Ellos actuaron más emocional que
racionalmente y se enteraron rápidamente de su error con las primeras palabras
de Gabriel Boric el Presidente electo de la Federación de Estudiantes de la
Universidad de Chile quien de inmediato, y con menos filtro que Vallejo,
identificó y ubicó quiénes eran y dónde estaban los adversarios del Movimiento
Estudiantil (en el Gobierno y en el Parlamento).
La alternancia en el poder siempre será saludable y
fortificante para cualquier organización que practique la democracia, por
imperfecta que esta sea. Y este es uno, sino el más saludable, de los efectos
de la derrota de Camila Vallejo la emblemática dirigente de la Federación de
Estudiantes de la Universidad de Chile. La permanencia de Vallejo en la
testeara de la FECh y no menos importante en la representación pública de la
CONFECh no habría sido buena por varias razones; la primera, nunca será bueno
para una institución esencialmente joven como la FECh que su dirigencia huela a
perno oxidado de tanto estar en el mismo lugar (se han fijado como brillan los
metales cuando son objeto de un constante cambio y movimiento, si hasta el
hierro más común brilla como si fuera plata y han visto con la facilidad que
entran y salen los pernos cuando son removidos cada cierto tiempo, no es el
caso de los oxidados esos que hay que sacarlos a la bruta (a punta de sierra y
martillo) estos últimos, generalmente, una vez extirpados ya no sirven para
nada, sus hilos quedan rodados y sus cabezas de cuadradas pasan a redondas, o
sea son puramente chatarra.
También la derrota le permite a la joven dirigente comunista
tener tiempo, espacio y también una razón para la necesaria reflexión sobre las
causas de su derrota. No hay peor dirigente que aquel que no se da el tiempo
para revisarse a sí misma y también sus actuaciones. En este proceso deben
quedar a la vista lo que se cumplió y lo que no de las ofertas electorales.
Saber con certeza lo que hay que mejorar y lo que hay que mantener. En este
sentido lo que aparece nítidamente como algo a mejorar de la gestión de Vallejo
es, el poder quitarse de encima esos molestos allegados que más que aportar le
quitaban prestancia a la y a los dirigentes estudiantiles. Con nombre y
apellido; salir de la presidencia de la FECH le trajo a Camila Vallejo y es de
esperar que a la FECh y a la CONFECh también el saludable efecto de sacarse de
encima al Presidente del Colegio de Profesores, el señor Gajardo, que como un
molesto comensal siempre estaba disfrutando y nutriéndose de una mesa a la cual
él lo poco que aportaba era un mendrugo discursivo bastante añejo e
indigerible.
El otro beneficio para la joven dirigente de la FECh, al no
estar ya en la cima del poder de la multigremial estudiantil es, que la quita
de la primera línea y la libera (bastante pero no totalmente) de los múltiples
y, a veces francamente criminales, ataques de los cuales era víctima. Basta sólo
recordar el episodio de la personera del Ministerio de Cultura que invitaba a
“matar a la perra para que se acabe la leva”. Y también su caída libera a
Vallejo de los consabidos y reglamentarios ataques de los personeros de
gobierno que, para escamotearle algo de su brillo, se turnaban para encabezar
estos ataques.
El otro efecto benéfico de la derrota comunista en la
presidencia de la FECh es la validación de las regiones como generadoras de
dirigentes que llegan a la cumbre del poder en sus instituciones. Gabriel Boric, el
Presidente electo de la FECh que reemplaza a Vallejo -una típica dirigente de raigambre santiaguina y centralista- es originario de una de las regiones extremas del
país (Magallanes) y también familiar directo de un ex Intendente de la zona, Roque Tomás Scarpa (DC) quien es su tío abuelo .
No hay que dejar de notar igualmente que Camila Vallejo no
sólo era la Presidenta de la FECH sino la principal vocera de la CONFECh y,
junto con ello, el principal contrapeso para los más encendidos de los
dirigentes anidados en Universidades regionales más emblemáticas y combativas
como la Universidad de Concepción. Además Vallejo integra o integraba el Senado
Universitario de la Universidad de Chile la que, junto a la Universidad de
Santiago, eran las dos Instituciones que más presionaban para discriminar a las universidades no estatales y regionales del CRUCh para que no reciban aportes
estatales. La dirigente comunista era parte de esta odiosa discriminación que
se intentaba establecer y que era encabezada por los rectores Sres. Pérez
y Zolezzi. Esta injusta pretensión de
las universidades estatales del CRUCh ocasionó, entre otros efectos la formación,
al interior del Consejo de Rectores, de un nuevo referente, el G-9, que
agrupaba precisamente a las universidades a las que se les intentaba imponer
este injusto trato.
O sea que otro de los beneficios de la saludable derrota de
Camila Vallejo es que su salida de la primera línea de la FECH y la CONFECH
permite visibilizar a los otros dirigentes y también palpar las otras tesituras
de la dirigencia estudiantil que sin duda recién inició este 2011 su tránsito
hacia sus más caros objetivos, los que, sin cuestionamiento alguno, son
compartidos por la gran mayoría de los
chilenos.