viernes, 2 de diciembre de 2011


Manga de cochinos.

Resultan un poquito, o más que un poquito, molestas las gárgaras que hace la gente con el tema del respeto al Medioambiente.  Es verdaderamente  vergonzoso como los chilenos son – y en este tema me niego rotundamente a decir somos- más que una manga de subversivos, somos –digo- una verdadera manga de cochinos, gente que es absolutamente vulgar en sus actos y en la forma como se relaciona con su medioambiente.

Seguramente ustedes en su diario ir y venir por la ciudad han visto cómo los orificios esos que tienen los postes de luz son basureros ocasionales en donde la gente dispone de los envoltorios de golosinas, esa es sólo una pequeña muestra de la vulgaridad a la que me refiero.

La cara bonita de una foto....

Pero resulta también sorprendente cómo estos “apósteles del cuidado del medioambiente” se dan maña para encontrar nuevas maneras de ensuciar su medio y, de paso, afectar a las otras criaturas que han tenido la fatal suerte de convivir con el ser humano.

Por lo tanto no es para nada sorprendente que las empresas en su voracidad económica desarrollen sus proyectos con cero respeto al medioambiente, los ejemplos están a la vista y sobran y –creo- que lo hacen simplemente respondiendo al sustrato cultural del chileno, un tipo superficial y cochino, que así como deposita envoltorios de golosinas en los orificios de los postes de luz, es capaz de arrojar un colchón en desuso a un sector de un humedal en el cual ciertas especies han sido desplazadas porque quedarse en su hábitat original simplemente les significaba la muerte.


Y la cara horrible de la misma foto

Así es que la próxima vez que usted escuche a alguno de nuestros compatriotas hacer gárgaras y poner los ojos en blanco al hablar del respeto al medioambiente a lo menos frunza el ceño y deje un pequeño espacio para la incredulidad.