Manga de cochinos.
Resultan
un poquito, o más que un poquito, molestas las gárgaras que hace la gente con
el tema del respeto al Medioambiente. Es
verdaderamente vergonzoso como los
chilenos son – y en este tema me niego rotundamente a decir somos- más que una
manga de subversivos, somos –digo- una verdadera manga de cochinos, gente que
es absolutamente vulgar en sus actos y en la forma como se relaciona con su
medioambiente.
Seguramente
ustedes en su diario ir y venir por la ciudad han visto cómo los orificios esos
que tienen los postes de luz son basureros ocasionales en donde la gente
dispone de los envoltorios de golosinas, esa es sólo una pequeña muestra de la
vulgaridad a la que me refiero.
La cara bonita de una foto.... |
Pero
resulta también sorprendente cómo estos “apósteles del cuidado del
medioambiente” se dan maña para encontrar nuevas maneras de ensuciar su medio
y, de paso, afectar a las otras criaturas que han tenido la fatal suerte de
convivir con el ser humano.
Por
lo tanto no es para nada sorprendente que las empresas en su voracidad
económica desarrollen sus proyectos con cero respeto al medioambiente, los
ejemplos están a la vista y sobran y –creo- que lo hacen simplemente
respondiendo al sustrato cultural del chileno, un tipo superficial y cochino,
que así como deposita envoltorios de golosinas en los orificios de los postes
de luz, es capaz de arrojar un colchón en desuso a un sector de un humedal en
el cual ciertas especies han sido desplazadas porque quedarse en su hábitat
original simplemente les significaba la muerte.
Y la cara horrible de la misma foto |
Así
es que la próxima vez que usted escuche a alguno de nuestros compatriotas hacer
gárgaras y poner los ojos en blanco al hablar del respeto al medioambiente a lo
menos frunza el ceño y deje un pequeño espacio para la incredulidad.